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METAS

Ser empresario es una profesión más, como la de abogado, ingeniero, arquitecto… Ser un buen profesional de un área no implica ser un buen empresario, y como cualquier profesión, es necesario formarse para adquirir conocimientos que permitan controlar y gestionar tu negocio de forma eficiente, organizada y creando valor en lugar de apagar fuegos a través del mentoring.

Implantar un modelo y filosofía de gestión basado en la planificación, organización, dirección y control de todas y cada una de las áreas de la empresa, en la cual el activo más importante del que se dispone son las personas.

Aprender dicho modelo, permitirá establecer marcadores en las áreas claves que contribuya de manera ágil, rápida y operativa a detectar las áreas que se alejan de los caminos marcados y obtener la máxima rentabilidad y eficiencia del negocio.

Planificación:

El día a día de muchas empresas hace que no se pueda destinar tiempo de calidad para establecer las acciones futuras del negocio y pensar en el mañana. Aprender un método en el cual mirar a medio y largo plazo para minimizar esas amenazas que puedan surgir o aprovechar esas oportunidades que tenemos al alcance de la mano pero que la operativa diaria no nos deja ver.

Marcar objetivos clave:

Si queremos conseguir las metas marcadas para nuestra organización, tendremos que establecer unos objetivos claros, concisos y alcanzables que nos permitan llegar al destino fijado al menor coste posible y que permitan que todas las áreas de la organización trabajen como una sola, puesto que en la empresa actúa como un todo y la información debe ser transversal. Estos objetivos darán lugar a planes de acción que transformen la parte estratégica en la parte operativa.

La importancia de medir:

Si los miembros de una organización no miden si sus esfuerzos tienen los resultados deseados, ¿Cómo esperamos que exista una mejora? Todo lo que se mide, crece, y medir las variables clave dentro de cada área, no solo es importante si no que permitirá señalar si vamos en la dirección correcta o por el contrario nos estamos desviando de nuestras metas.

Cultura del dato:

Contar con unos sistemas de información fiables y ágiles permite que la organización pueda tomar decisiones en base a hechos y no a sensaciones.

Muchas veces el gran olvidado en las empresas, es una excelente herramienta para tomar decisiones, y que marcará aspectos clave como la cantidad y calidad de las inversiones a las cuales puede acceder la organización y determinar la salud de la misma. Por lo tanto, instalar una filosofía de control financiero es otra de las palancas que marcan la correcta gestión y eficiencia de la empresa. Revisión del presupuesto, de las pérdidas y ganancias y de la tesorería darán el control y la información de cómo se están usando los recursos de la organización

Presupuestación:

Una correcta presupuestación incluye unos objetivos asumibles y alcanzables con un sistema de presupuestación ágil, que involucre a toda la organización, es vital para alcanzar el éxito.

Por otro lado, sin la posibilidad de compararnos contra un presupuesto, no se tendrá una visión global a nivel organizacional y por tanto no solo permitirá saber si se están alcanzando los objetivos de ventas, si no también si se están optimizando y consiguiendo los objetivos de gastos.

Control tesorería:

Controlar la previsión de tesorería proporciona detectar posibles déficits de la liquidez a corto plazo dentro de la organización, a través de la cual tomar medidas para reducirlas y evitar problemas de pagos que puedan afectar tanto a la relación con proveedores como provocar problemas internos.

Por el contrario, el control de tesorería también permitirá detectar ventanas de exceso de liquidez que puedan ser aprovechables para la organización y que aumenten la rentabilidad de la misma a través de las diversas palancas disponibles.

La logística es una función que cada día adquiere mayor relevancia dentro de las organizaciones y de la gestión empresarial, debido principalmente al auge del comercio electrónico.

Representa además el flujo de materiales entre la empresa-proveedor y para con el cliente final, siendo clave para la satisfacción del cliente y una de las razones de que esta área este muy ligada a la mejora continua y al control de cada una de las funciones clave.

Control de Inventarios:

Básico para la rentabilidad del negocio y para un adecuado proceso logístico. Poder detectar las diferencias en el stock permitirá hallar las causas para minimizarlas, lo cual impacta directamente en el beneficio de la organización.

Por otro lado, un inventario controlado es una garantía de servicio para el cliente desde el momento que realiza un pedido, factor cada día más valorado por el mercado.

Procesos operativos:

Medir y controlar todas las actividades operativas del almacén, tanto los recursos materiales como los humanos, en especial los procesos de picking. Por tanto, ser capaces de gestionar los recursos del almacén de manera rápida, sin errores y a bajo coste generará una clara ventaja competitiva.

Logística inversa:

El ciclo inverso de la mercancía es ya uno de los factores más importantes en la gestión de almacén, debido al aumento de la exigencia del consumidor y de las normativas que buscan mejorar la sostenibilidad del planeta.

Por tanto, trabajar en sistemas que permiten minimizar el flujo de devoluciones, tanto a nivel interno como externo permitirá subir tanto la satisfacción del cliente como la rentabilidad del negocio.

Hablar de clientes y ventas no es lo mismo. Aprender las diferencias entre ellos y las diferentes acciones posibles con cada uno permitirá trabajar en paralelo para potenciar ambas variables mediante estrategias de fidelización, prospección o potenciación, consiguiendo mayor rentabilidad que trabajándolas por separado.

Clientes:

La cartera de clientes es la gran desconocida de muchas empresas. Saber cuestiones clave como la deserción o incorporación de los mismos tras cada ejercicio nos dará lugar a acciones diferentes para cuidar no solo a los que llegan, sino evitar por otro lado que los que forman parte de ella nunca dejen de ser clientes.

Ventas:

Ticket medio, media de artículos, margen, rotación o roturas de stock son algunos de las variables a trabajar para alcanzar un mayor número de ventas. Aprender una correcta estrategia en ventas es fundamental no solo para saber cuándo usar y combinar las mismas, sino para la coordinación del resto de áreas implicadas y para la rentabilidad de la organización.

Hoy en día, con los entornos tan turbulentos y cambiantes, la competencia es máxima sea cual sea el sector en el que nos encontremos.

Por otro lado, en el mundo empresarial, cualquier proceso productivo es fácilmente imitable siempre que los recursos disponibles lo permitan. Lo que no se puede copiar y es más difícil de conseguir es el talento y la cultura empresarial, la cual viene del activo más importante y diferencial de una organización: las personas que la componen.

Gestión del tiempo:

El día a día tiene absorbido a la mayoría de trabajadores, empresarios y CEOs de las organizaciones. Esto provoca que una incorrecta gestión del tiempo, tenga absorbidos a los mandos superiores e intermedios de una organización y no puedan destinar su tiempo a lo que más aporta: la generación de valor para la compañía.

Por ello, una correcta gestión del tiempo permitirá no solo reducir las tareas que no aportan valor o minimizar las tareas urgentes, si no que conlleva al desarrollo de la delegación efectiva y un cambio de cultura del trabajo a todos los niveles organizativos.

Liderazgo:

El modelo autoritario ya no es efectivo y es cosa del pasado. En el entorno actual, se hace necesario el ejercicio de un liderazgo situacional, el saber adaptarse a cada uno de los empleados en función de la situación y el nivel de desarrollo de los empleados, para sacar el máximo de cada uno de ellos. No vale el café para todos.

Grupos vs Equipos:

Hoy día nos encontramos con muchos grupos de personas en las empresas, pero realmente pocos equipos. Transformar esos grupos de personas en verdaderos equipos permitirá una alineación de objetivos por encima de los logros individuales que fomentarán la unidad, la proactividad y la productividad hacia las metas marcadas para todos ellos.

Muy pocas empresas familiares sobreviven más allá de la tercera generación. Establecer y liderar el cambio generacional mediante un protocolo familiar que englobe todos y cada uno de los actores del cambio, así como la formación del futuro líder en gestión, asegurarán un exitoso cambio generacional en las empresas familiares.

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